Omar Dib: "El Líbano está sujeto a múltiples y variadas formas de injerencia extranjera"

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El Secretario de Relaciones Exteriores del Partido Comunista Libanés dialogó en exclusiva con Al Mayadeen sobre importantes aspectos políticos y sociales referentes al Líbano.

¿Cuál es la naturaleza de la crisis que atraviesa el Líbano?

El Líbano enfrenta hoy una crisis profunda, compleja y compuesta; es en esencia la crisis de su sistema político, siendo este un sistema capitalista, sectario, retrógrado y dependiente en el ámbito de la política y el de la economía; también es un sistema que se rige por políticas económicas rentistas que, a lo largo de décadas, perpetuó la explotación de clases y atentó contra los sectores productivos favoreciendo principalmente los intereses del sector bancario, comercial e inmobiliario.

Asimismo, figura la corrupción y el saqueo sistemático del dinero público y privado a manos de los señores de la guerra civil quienes se convirtieron en los dirigentes del estado libanés, consagrando el clientelismo, aprovechando el sistema sectario existente y patrocinando el robo sistemático de los recursos del país.

La crisis política del sistema coincidió con una asfixiante crisis económica que comenzó a vislumbrarse hace años con déficits crecientes, ya sea en el presupuesto o en la balanza de pagos.

La creciente tasa de desempleo, emigración y pobreza, y la falta de producción local; a lo que se le suma la intensificación de las crisis políticas en la región, el deterioro del intercambio comercial y la cooperación económica con los países árabes vecinos, junto con la adopción de restricciones por parte de Estados Unidos sobre el sector bancario y las sanciones a varios individuos e instituciones.

La crisis estalló con sus repercusiones más duras, el tipo de cambio colapsó y las maniobras bancarias quedaron expuestas ya que los depósitos de los libaneses se perdieron. Los libaneses se percataron que su dinero se evaporó entre el Banco Central del Líbano, el estado libanés y la banca privada, intercambiando estos entes las acusaciones sobre las responsabilidades de la histórica quiebra que atentó contra las clases medias y pobres y que comenzó a exponer a los libaneses al riesgo de la pobreza extrema y amenazando con una hambruna.

¿Cómo salir de ella? Tomando en cuenta la intervención permanente de diversas fuerzas extranjeras, directa o indirectamente, la instrumentalización de diversos actores políticos nacionales, desde las más altas esferas del poder, hasta la calle.

Ante la agudización de la crisis del sistema, siendo evidente de que es una profunda crisis estructural, no hay soluciones para salir de la crisis sobre la base de reformas cosméticas o sobre la base de esperar soluciones desde el exterior, o sobre la base de discursos populistas que prometen a los libaneses lo que no se puede lograr; en esto radica la profunda crisis de todas las fuerzas que comparten el poder, ya que no poseen ninguna posible solución seria, sino que esperan un respaldo desde el exterior o apuestan por soluciones regionales e internacionales, o quieren hipotecar el potencial petrolero en el mar antes del inicio de su extracción (lo que puede ser una ilusión).

Parecería extraño que todas estas fuerzas, a pesar de sus diferencias y contradicciones políticas, centraran sus esperanzas en los préstamos del Fondo Monetario Internacional; el Partido Comunista Libanés es casi la fuerza política que rechazó esta solución porque estaría acompañada de una canasta de condiciones políticas y de duras condiciones económicas, cuyo costo será pagado por los trabajadores, los pobres y la clase medias en el Líbano, comenzando por la privatización del sector público, vendiéndolo a precios írritos, terminando con la total liberalización del tipo de cambio y pasando por los impuestos injustos bajo el lema de restablecer el equilibrio de las finanzas públicas; en este contexto, el país se verá sumido durante años y quizás décadas en el ciclo del pago de estos préstamos, lo que convierte la grave crisis existente en una soga colocada alrededor del cuello de los libaneses por mucho tiempo en el futuro.

En este contexto, se requiere de pasos radicales que socaven la estructura del sistema sectario y rentista existente y rompa sus lazos de dependencia con el exterior; no pueden reformar el país las mismas fuerzas que lo condujeron a esta miserable realidad porque son fuerzas sectarias corruptas que persiguen políticas económicas destructivas para los sectores populares en el Líbano; por eso hemos dicho que no se puede lograr un rescate sin un cambio radical.

El Partido Comunista Libanés propuso un programa de transición como parte de un estudio científico, preciso y detallado basado en recortar parte de la enorme riqueza acumulada por una influyente minoría gobernante mediante la imposición de un impuesto excepcional sobre la riqueza y la recuperación de los fondos saqueados y usurpados que fueron transferidos al exterior, siempre que los supuestos ingresos se utilicen para dos propósitos: por un lado una amplia y fuerte inversión en infraestructura, específicamente en el sector de la energía eléctrica, transporte público y el sector de las comunicaciones, que impulse el crecimiento de los sectores industrial, agrícola y tecnológico, y por el otro brindar un nivel mínimo de servicios públicos a todos los ciudadanos, además de una cobertura integral de salud financiada con dinero público; estas medidas que llevan una dosis de socialismo y que enfrentan al capitalismo gobernante, presente en todas las instituciones políticas, monetarias, partidistas y financieras del Líbano, deben integrarse con una política exterior que rompa la subordinación del Líbano a la hegemonía estadounidense y europea, y se base en la cooperación y apertura con los países emergentes, específicamente la China Popular; que traslade al Líbano de una economía capitalista rentista dependiente y un sistema sectario clientelista que lo protege a una economía productiva que garantice el trabajo, la salud, la vivienda, los servicios públicos y la justicia para todos sus ciudadanos, a diferencia del sistema de la minoría dominante actual.

¿Descartan ustedes totalmente la injerencia externa en relación al ataque a las diversas entidades del estado libanés y los intentos de incitación al odio y la provocación del sentimiento sectario? ¿No se entendería la coordinación con las fuerzas reaccionarias prooccidentales en el marco de las movilizaciones que siguieron a la explosión del puerto como una apuesta que abarca varios riesgos para el partido?

El Líbano está sujeto a múltiples y variadas formas de injerencia extranjera, la más peligrosa de todas es la del enemigo sionista que siempre se encuentra al acecho para atacar al Líbano y su pueblo y roer sus fronteras terrestres y marítimas, buscando específicamente saquear su riqueza petrolera.

Asimismo no se detiene la flagrante injerencia estadounidense en los asuntos internos del Líbano en un esfuerzo por mantenerlo englobado en el marco de sus políticas externas e imponerle concesiones relacionadas con la protección de la seguridad de "Israel", hasta alcanzar el hecho del reconocimiento del ente. En el mismo contexto, Francia sigue intentando desempeñar el papel de tutor del Líbano partiendo de la lógica y el trasfondo de extender el antiguo mandato pero con nuevas formas; es importante destacar que todas las fuerzas políticas en el poder acogieron con beneplácito la iniciativa del presidente Macron e intentaron alcanzar acuerdos y convenios con él, a pesar del riesgo de volver a consolidar el papel político francés en el Líbano; estas mismas fuerzas, que no ofrecieron concesiones a su pueblo durante su glorioso levantamiento, hicieron una concesión tras otra a Macron e indirectamente a Estados Unidos, esperando que se les concedan nuevos préstamos por medio del Fondo Monetario Internacional, como si la opción para los problemas económicos del Líbano fuera el hecho de mendigar fondos a las instituciones financieras internacionales y a los países donantes.

Las fuerzas políticas prooccidentales con agendas liberales o federativas u otras, siempre están presentes y trabajan apoyadas y financiadas por occidente así como por la mayoría de los medios de comunicación locales; estas fuerzas, por su propia naturaleza, están más cerca de la estructura del sistema libanés existente y las fuerzas políticas en el poder; así que todo lo que piden o quieren son reformas cosméticas que no cambien la naturaleza del sistema, esforzándose por ultimar acuerdos sectarios con las fuerzas políticas gobernantes con el fin de asegurar una participación dentro del sistema y preservar su postura que armoniza con las políticas estadounidenses y francesas en general.

El Partido Comunista Libanés y las fuerzas nacionalistas y progresistas dentro del levantamiento buscaron con ahínco aislar estas fuerzas con conexiones y colaboraron con grupos civiles, jóvenes, estudiantes, sindicatos y corrientes sociales emergentes para formar una coalición que incluye en su programa el tema de la hostilidad hacia "Israel", y el rechazo a la injerencia extranjera en los asuntos internos del Líbano, logrando en gran medida favorecer esta propuesta secular, nacionalista y de cambio sobre otras propuestas planteadas por algunas fuerzas del levantamiento popular.

¿Cuál es para el Partido Comunista Libanés el principal peligro para el Líbano?

El Líbano enfrenta hoy dos peligros inmediatos: la amenaza externa, que está representada principalmente por la agresión sionista que el imperialismo estadounidense apoya y financia política y militarmente, para asegurar su ventaja cualitativa sobre los países de la región, apoyándola en sus guerras y ataques que lanza contra esos pueblos.

No hay duda de que el "Acuerdo del Siglo" estadounidense, siendo un proyecto para liquidar la causa palestina, también conlleva un gran peligro para el Líbano.

Entre los que figuran los esfuerzos por asentar a los refugiados palestinos derogando el derecho al retorno y el mantenimiento de parte de los territorios libaneses en las granjas de Shebaa y las colinas de Kfarshouba bajo la ocupación sionista; este proyecto se complementa con los regímenes árabes traidores que están en vías de la normalización, la paz y la cooperación con el enemigo sionista; el segundo peligro es interno y está representado por un sistema destructivo y asesino que devasta la vida de los libaneses, impide su progreso y atenta contra su sustento diario.

Por lo tanto, no es posible alcanzar un futuro mejor sin enfrentar ambos peligros en todas las formas posibles, por medio de la resistencia militar contra la ocupación y la resistencia política y popular contra el régimen para completar la liberación con el cambio hacia un estado nacionalista, laico, democrático y justo.

¿Es factible una transformación profunda de la sociedad libanesa sin una guerra civil?

La tarea principal que recae hoy sobre las fuerzas de cambio es establecer el balance de fuerzas populares que favorezca y que se involucre en el proceso de cambio, porque este proceso no se impone desde arriba, ni es externo, sino que debe establecerse sobre la base de un bloque popular de peso que conduzca hacia ese cambio, el levantamiento del diecisiete de octubre demostró que existe una voluntad popular amplia y variada, que ambiciona superar el sistema sectario existente.

La guerra civil constituyó una etapa sangrienta y destructiva para el Líbano, y rápidamente se convirtió en una guerra sectaria acompañada de una ocupación sionista, además de la injerencia extranjera y la intervención del ejército sirio en el Líbano, una etapa que culminó con el Acuerdo de al Taif; en este sentido, la guerra civil supuso un retroceso ante la posibilidad de cambio que parecía posible antes del estallido de la guerra, no existe la menor duda de que una revisión de esa etapa nos da una clara indicación de que la guerra civil en el Líbano no beneficiaría a la clase trabajadora, a los sectores populares y a las fuerzas progresistas que buscan un cambio, sino que más bien le sirve como punto de apoyo a las fuerzas sectarias, así como facilita la injerencia exterior a la luz del actual equilibrio de fuerzas; por lo tanto, vemos que el procedimiento correcto es la construcción de la organización política y la alianza social capaz de lograr un nuevo equilibrio de poder, permitiendo esto el logro de un cambio de carácter nacional, laico y progresista.

¿Cómo evalúa el Partido Comunista Libanés el rol de Hizbullah en esta crisis?

Hizbullah jugó un papel histórico en la resistencia a la ocupación sionista del Líbano, pero su desempeño interno a nivel del poder político, ya sea en el gobierno o en el parlamento, fue consistente y similar al resto de componentes del poder, ya que adoptó la teoría de la democracia consensuada para manejar los asuntos del gobierno, que en la práctica significa profundizar y consolidar el sistema sectario y por otro lado no presentó ninguna alternativa a nivel de las propuestas económicas, por lo que jugó un papel de socio en la formulación de las políticas económicas, monetarias y financieras que llevaron al país a donde se encuentra; después del levantamiento del diecisiete de octubre, la postura del partido fue negativa hacia la misma, ya que lo adversó y lo vinculó falsamente con embajadas y con el exterior, a pesar de la participación de grandes segmentos de sus seguidores y simpatizantes en el movimiento; y la peor acción negativa fue cuando el partido y sus aliados se enfrentaron utilizando la fuerza contra los que participaron en el levantamiento, concretamente en la plaza Riad al Solh de Beirut, y en las plazas de Tiro, Nabatiyeh, Kafarerman y Bint Jbeil, con un reparto de roles entre el partido y sus aliados.

Con esta práctica, el partido se nombró a si mismo defensor del sistema sectario rentista dependiente, enfrentando al pueblo que aspira el progreso y el cambio; durante el mismo período, apoyó la permanencia del anterior gobierno encabezado por el primer ministro al Hariri basado en el sistema de cuotas, y apoyó su plan de reformas idéntico al que propone el Fondo Monetario Internacional, así como apoyo posteriormente su retorno para encabezar un nuevo gabinete ministerial en apoyo a la iniciativa francesa lanzada por el presidente Macron; en este contexto, el partido se ubica en el mismo bando de las otras fuerzas sectarias y confesionales que buscan preservar el sistema político y económico existente, considerando que estas prácticas políticas adoptadas por el partido no concuerdan con lo que varios de sus líderes declaran sobre el hecho de no permitir que los pobres asuman cargas adicionales o en lo relacionado con la lucha contra la corrupción, entre otras.

¿Está en condiciones la izquierda libanesa de liderar a los sectores populares frente a las elites corruptas, el imperialismo y el sionismo?

El Partido Comunista Libanés, y la izquierda en general, jugaron un papel notable y excepcional durante el levantamiento del diecisiete de octubre, ya que estuvieron presentes activamente en todas las regiones y plazas, en el sur, en el norte, el Bekaa, la montaña, así como en Beirut; en cuanto al discurso político, el Partido presentó la iniciativa de la formación de un gobierno nacional de transición desde fuera del sistema gobernante para lograr el rescate económico y la reforma política, y esto pronto se convirtió en una consigna generalizada entre los que se alzaron; al mismo tiempo el partido presentó planes económicos y sociales durante este período basado en estudios económicos científicos; el Partido Comunista jugó un papel importante al reunir decenas de fuerzas políticas, sindicales y civiles en el marco de la consulta, el diálogo y la coordinación en cuanto a las tareas del levantamiento popular, y con las mismas logró la elaboración de una carta política conjunta; por lo tanto, notamos que el partido fue fundamental en todos estos pasos y en el desarrollo de los acontecimientos hecho que le permitió interactuar con un amplio segmento popular ganándose la confianza de una parte esencial de la oposición en acción y convirtiéndose prácticamente en la principal fuerza política frente a la coalición de las fuerzas en el poder; es importante destacar el papel de los comunistas quienes formaron una plataforma en las plazas de Beirut y de las regiones otorgando al levantamiento una dimensión nacionalista, izquierdista y progresista; a pesar de la debilidad en cuanto a la capacidad organizativa y las condiciones materiales, y la falta de preparación de la izquierda y de los comunistas para liderar el levantamiento popular hacia la consecución del cambio político deseado, el partido pudo imponerse como actor principal y central en este marco.

A nivel nacional, el Partido Comunista Libanés busca alcanzar la disposición necesaria para enfrentar al enemigo sionista y las fuerzas imperialistas utilizando todos los medios políticos y mediáticos disponibles, llegando a la fase de la lucha armada en defensa de nuestro pueblo y nuestra patria y en apoyo a la causa palestina y la causa de la liberación nacional y política en general.

Mientras se mantenga “la endeble capacidad organizativa, las condiciones materiales objetivas y la falta de preparación de la izquierda y los comunistas para liderar el levantamiento popular”. ¿Cómo pretende el partido imponer su programa de cambio, teniendo en cuenta los riesgos y obstáculos internos y externos que usted describe? Ha hablado de un “bloque popular de peso que conduciría a este cambio”, pero ¿con quién se formará este bloque? Si consideras que Hizbullah, una organización antiimperialista con capacidad de movilización popular y pilar en cuanto a la defensa de la soberanía nacional del Líbano, seguirá defendiendo el orden existente.

La cuestión de la interrelación de la causa de la liberación nacional y la liberación política y social es un tema planteado a nivel mundial y no solo en el Líbano; existen fuerzas nacionalistas o islámicas u otras con una postura de hostilidad hacia Estados Unidos y el imperialismo sin tener una postura contradictoria con el mismo capitalismo como sistema de explotación social y de clases, ni con las formas sectarias y confesionales de gobierno que contribuyen a la fragmentación y debilitamiento de nuestras sociedades; desde nuestra posición de izquierda, vemos que la confrontación real es solo desde la postura del mismo anticapitalismo y todas las formas de gobierno que prevalecen en nuestra región (sea este confesional, militar u otro); y no podemos enfrentar el proyecto de fragmentación sectaria que impulsa Estados Unidos con un proyecto sectario alterno, sino con un proyecto nacionalista libertario que esté al servicio de las clases trabajadoras y explotadas y que funcione en dirección de la superación del capitalismo mismo; esta es la visión del Partido Comunista Libanés y la visión del movimiento comunista en el mundo en general; por lo tanto, la relación con las fuerzas antiimperialistas nacionalistas o religiosas cae en este marco dialéctico, encontrando puntos de convergencia específicos con las mismas bajo ciertos titulares y una amplia divergencia en otros temas; no hay duda de que este tema seguirá siendo el foco de interacción y disputa intelectual y política en la próxima etapa.

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